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La historia (3). Julio de 1975: El MPLA empieza la guerra

Julio 12 de 1975: El MPLA con la ayuda de los “asesores” militares cubanos expulsa al FNLA de Luanda mediante acciones armadas y actos terroristas como la destrucción de locales destinados a labores sociales. Los enfrentamientos tuvieron lugar durante varios días, ante la impasibilidad de las autoridades portuguesas y con una gran ventaja militar y organizativa por parte del MPLA.

El FNLA entra en Caxito

Fotografía poco conocida de los combates en el norte de Angola en 1975. Fuerzas del FNLA entrando en Caxito el 8 de agosto de ese año. Aún la maquinaria bélica de Fidel Castro no había sido totalmente desplegada al rescate del MPLA con la complicidad de las autoridades portuguesas.

Sobre el Capitán Balsinde Arteaga

Fuerte de Massangano

Balsinde, que pertenecía a las Tropas Especiales del Minint, llegó a Angola alrededor de marzo de 1975, formando parte del primer grupo de instructores militares cubanos, bajo el mando del Comandante Luis Estebanell Díaz. Estos instructores tenían la misión de entrenar a las fuerzas del MPLA en la asimilación de la técnica militar rusa. Balsinde fue colocado al frente del grupo de instrucción en el fuerte (viejo enclave militar portugués) en Massangano, en Kuanza Norte, a unos 100 kms de Luanda. Aún cuando el Almirante Leonel Cardoso había aceptado la presencia militar cubana, las cosas se les fueron tan de las manos a los portugueses, que en abril el General Silva Cardozo barajaba la opción de retomar militarmente el fuerte.

Para septiembre de 1975, fecha de la muerte de Balsinde, ya Sudáfrica había detectado la presencia de unos 500 instructores cubanos en las cercanías de Benguela y había también ocupado las instalaciones hidroeléctricas compartidas con Angola en Ruacaná. En Portugal continuaba la agitación política y militar en vísperas de un nuevo cambio en el gobierno y en Angola se agudizaba la fractura entre los tres movimientos políticos principales, enfrascados en una abierta guerra civil.

Según las escasas y fragmentadas informaciones disponibles, Balsinde fue capturado y muerto por fuerzas que combatían al MPLA y los cubanos, casi con toda seguridad pertenecientes al FNLA de Holden Roberto.

Que citemos textualmente la nota biográfica “oficial” no significa que la consideremos cierta o compartamos lo expresado en ella. De entrada señalamos la incongruencia entre la fecha de su muerte (1975) y la de su ingreso en el partido comunista (1979, ¿post-morten?). ¿Cómo pudo la parte cubana, en medio de las especiales circunstancias del momento, precisar con exactitud que fue capturado por el SADF, llevado a Sudáfrica (¡), torturado (¡) y como si fuera poco, saber que murió sin decir nada?

Los que vivieron aquella época en aquel lugar saben de qué estoy hablando. Ni el ejército sudafricano, ni el cubano, hay que reconocerlo, torturaban o maltrataban abiertamente a los prisioneros. No, al menos, regularmente ni como política establecida. De los movimientos guerrilleros, de los tres, sí podía esperarse cualquier cosa. Eso bien lo sabían los miembros de la UNITA y el FNLA que preferían entregarse a los cubanos que caer en manos del MPLA.

Gracias a los que han comentado la nota sobre la muerte de Balsinde, que en paz descanse. Recomiendo leer los comentarios de Eduardo y José Antonio.

Mercenarios (1?)

Mercenarios: Unos sí, otros no...

Luego de la retirada cubana en 1989, el gobierno de Dos Santos solicitó los servicios de una agencia de seguridad más o menos sudafricana llamada Executive Outcomes. Esos mercenarios retomaron los campos petroleros de Soyo ocupados por la UNITA. Nadie pone en duda que eran mercenarios.

Nadie pone en duda que los pocos blancos y extranjeros procedentes de Inglaterra, Estados Unidos, Francia, Agentina o Portugal, que combatieron al lado del FNLA, la UNITA y el FLEC, eran mercenarios.

Hay mucha tela por donde cortar en el tema del uso del término «mercenario». Hay definiciones académicas, jurídicas y extensos trabajos que pueden ser fácilmente consultados en la internet (es decir, fuera de Cuba, en la isla hay que ceñirse a lo que la propaganda oficial nos ha inculcado al respecto). No pretendo abordar sino una pequeña y personal arista del asunto, que es demasiado extenso para mi tiempo y las pretensiones de este blog.

Nos inculcaron que los mercenarios eran racistas, aventureros, personas sin valor que apenas combatían sólo porque les pagaban enormes sumas de dinero o los drogaban o les permitían cualquier tipo de desmanes. Y para justificar nuestra presencia en terrenos totalmente ajenos, nos adjudicaron el término «combatiente internacionalista». A Angola fueron unidades regulares de ejército cubano. Pero a otros lugares (y a Angola antes de finales de 1975) no fueron unidades regulares, sino componentes de ese gran ejército, cargado de odio, en que Castro convirtió a todo hombre o mujer en edad militar. Por lo que algunos ha encrito en los comentarios: 1. No fuimos mercenarios porque formábamos parte de unidades militares regulares. 2. No fuimos mercenarios porque no cobramos un sueldo respetable por combatir.

Entonces: algunos «combatientes internacionalistas» eran mercenarios porque no formaban parte del ejército regular (desde Venezuela, Argelia, Santo Domingo, etc, hasta el Congo, Bolivia y Nicaragua). Y otros no.

Entonces: no éramos mercenarios porque apenas nos pagaban los $7.00 del SMO o nos pagaban el salario completo de nuestro puesto de trabajo… sin trabajar en él, por practicar el «internacionalismo proletario».

Entonces: si Executive Outcomes o los contratistas norteamericanos en Irak, o los gansos de Michael Hoare son llamados por un gobierno para pelear a su favor, son mercenarios. Si en cambio es llamado el ejército de un país extranjero y ajeno al conflicto, es «internacionalismo proletario». Si se le paga a Executive Outcomes es la paga del mercenario, si se recibe un beneficio por cuidar los pozos petroleros en Cabinda, o del gobierno de Luanda a cambio de nuestro «internacionalismo proletario»… eso no es la paga del mercenario.

La ideología izquierdizoide es aberrante: los guerrilleros cubanos del Che en el Congo no eran mercenarios, pero los blancos que combatían en el bando opuesto, incluyendo a pilotos cubanos que pelearon en el conflicto, sí eran mercenarios. Ir a combatir a España del lado republicano en los años 30 no era ser mercenario. Ir a combatir a Angola en los años 70 del lado de la UNITA o el FNLA, era mercenarismo.

Señores: despojémonos de tanta hipocresía, de tanto cliché, de tanta falsedad.

Nelson (2, final)

Nelson, muerto.

Cuando Holden Roberto intenta sustituir a los comandos portugueses por mercenarios europeos o norteamericanos, Nelson está hospitalizado en Kinshasa, enfermo de malaria. Pero decide regresar a combatir junto al grupo de extranjeros recién llegados. Su amigo y compañero de guerra, Pedro Marangoni intenta disuadirlo y contará años después:

Mas Nelson estava,como me contou,entusiasmado pela ofensiva que os mercenários ingenuamente prometiam apesar de desconhecerem totalmente a situação de Angola. Tentei demovê-lo da idéia mas ele, sempre audaz e desconhecendo medos, ficou no Zaire, foi o único comando especial da FNLA a não viajar. Morreria uma semana depois…

Los poco experimentados mercenarios partieron a combatir a las bien organizadas tropas cubanas, supuestamente digiriéndose a determinada posición en un frente que ya no existía: los soldados de las FAR-FAPLA habían roto toda línea y toda resistencia. El ejército guerrillero del FNLA sólo existía en los mapas de los altos oficiales en Kinshasa. Inexplicablemente Nelson viajaba en un jeep cerrado, que no les permitía reaccionar ante una situación de emergencia. Fueron barridos por una ametralladora 12,7 de los cubanos.

(El proyectil de 12,7mm es capaz de penetrar no sólo la chapa metálica de un jeep, sino también de cualquier vehículo o blindado ligero; es capaz además, de cortar en dos un ser humano o un árbol).

En un documental rodado por los Estudios Fílmicos de las FAR, aparece el rostro de Nelson entre los mercenarios ingleses que ocupaban el vehículo. Es en el minuto 5:30 de este video.

El recuerdo de Nelson es el pequeño homenaje que hoy pueden rendirle sus compañeros, los que combatieron junto a él y los que lo hicieron en el bando contrario.

Agradecemos al comandante Marangoni su ayuda para la elaboración de esta nota. Para más información relacionada con la época y los participantes, pueden consultar su libro La opción por la espada.