El 2012 cerró con noticias que reflejan la corrupción reinante en esa Angola que supuestamente ayudamos a liberar y prosperar.
Por un lado el Vice-Presidente Manuel Vicente, el General Hélder Vieira Dias “Kopelipa”, ministro de Estado y Jefe de la Casa Militar, y el General Leopoldino Nascimento “Dino”, ex-jefe de comunicaciones del Presidente, están siendo investigados por la Procaduría General portuguesa en un presunto caso de blanqueado de capitales de procedencia ilícita.
Por otra parte Isabel Dos Santos, la hija del dictador angolano José Eduardo Dos Santos, sigue invirtiendo el dinero robado al pueblo angolano en su antigua metrópoli.
La empresa ZON, tercera entre las mayores operadoras de televisión por cable en Portugal, ha iniciado su fusión con Optimus, una compañía de teléfonos móviles propiedad del grupo Sonae. Se trata de un complicado proceso mediante el cual Optimus se incorporará a ZON.
Los accionistas mayoritarios de ZON Multimedia son Jadeium y Kento Holding, firmas donde Isabel Dos Santos ha invertido el grueso de su capital.
En los últimos años se ha instaurado en Portugal un difícil debate -y rechazo en la opinión pública- sobre lo que ha dado en llamarse “la invasión angolana”: el creciente control de la economía portuguesa por los nuevos ricos de su ex-colonia de Angola.
La inversión de Isabel Dos Santos en la economía lusitana se lleva a cabo a través de las firmas Galp, Portugal Telecom, Banco BIC Português y Amorim Energia, e implica hasta empresas españolas como Caixa Bank.
Precisamente, el portal financiero CapitalMadrid.com, se refiere a este proceso en artículo del cual resulta muy interesante su último párrafo:
Lo que llama también la atención es que la nueva operación de Isabel dos Santos se enmarca en el ámbito de una amplia ofensiva del capital angoleño en Portugal y que no es del agrado de los medios más «nacionalistas». Buena prueba de ello es la fuerte resistencia puesta a la «invasión angoleña» en los medios de comunicación, donde el capital angoleño ya ocupa importantes posiciones y aspira a hacerse con el control ya no solo de prácticamente el 95% de la prensa escrita nacional y de la radio, sino también de la televisión nacional (RTP), cuya privatización está prevista para los próximos meses. Los principales actores de la «invasión» no son solo Isabel dos Santos y la petrolera publica Sonangol, que son accionistas de referencia de Galp Energía, de los grandes bancos BCP y BPI y del privatizado BPN, sino igualmente de grupos cuyos objetivos y inversores ocultos inspiran serios recelos.
Nunca está de más recordar que Isabel Dos Santos ha amasado su fortuna a la sombra de la corrupción imperante en el gobierno de su papá. Ni tampoco está de más recordar que José Eduardo Dos Santos, que ha desgobernado Angola durante más de 30 años, fue aupado al poder y sostenido durante muchos años por las bayonetas de las tropas de ocupación castristas.
Como dice uno de los títeres animados de la televisión cubana: “Saque usted sus propias conclusiones…»