Cangamba en negro

El cerco de la UNITA sobre las tropas cubanas destacadas en Cangamba a mediados de 1983 y los combates derivados de los esfuerzos del mando cubano por rescatar a los cercados, fue una de las más costosas derrotas del cuerpo expedicionario. Las crudas imágenes iniciales se transformarían después en panfletaria película a todo color.

3 Respuestas a “Cangamba en negro

  1. La Batalla de Cangamba (tercera parte)

    Un análisis del trabajo realizado por Jorge Martín Blandino

    Primera sangre cubana

    Solo ha transcurrido la primera hora del jueves 4 de agosto en Luanda, cuando allí se recibe un cable dirigido al jefe de la Misión Militar de Cuba en Angola, con indicaciones precisas del Comandante en Jefe. En el lacónico lenguaje de los cifrados militares, se dice que fue correcto reforzar Cangamba, pero ahora hay más cubanos comprometidos y se impone actuar con urgencia, pues el tiempo es factor fundamental; las dos columnas previstas deben avanzar hacia la aldea de inmediato y subordinar cualquier otro objetivo que sea posible alcanzar a la prioridad máxima: socorrer y liberar a los combatientes cercados.

    Leyendo entre líneas, podemos llegar a la conclusión de que el Comandante en Jefe no estuvo muy de acuerdo con el refuerzo de Cangamba. Fidel Castro ordena avanzar a las columnas sin tener en cuenta la imposibilidad de las mismas para llegar a Cangamba a tiempo de socorrer a los sitiados.

    Dice el Coronel Orlando Calvo Montes de Oca (Jefe del Regimiento de Helicópteros): “…cuando usted desembarca
    tropas, lo hace muy rápido, a veces no llega al minuto, sobre todo si están lloviendo granadas de mortero. En el aproche para aterrizar ya se ve el hervidero en el lugarcito aquel pero no hay mucho para escoger, cuando te decides por un punto tienes que seguir para ahí. No hay eso de que me voy a mover para aquí o para allá, porque además no es uno, sino una formación de helicópteros. Es donde caigas, aunque estén los morteros, no puedes hacer otra cosa. Ahí le averían al H 02 las vigas de los cohetes y las palas. Vamos para Menongue”.

    Este helicóptero se encuentra en el Museo de la DAAFAR. Participó en la guerra, desde 1976 hasta el final.

    Describiendo como intentaban a abordar el helicóptero, el soldado Jorge Luis refiere: “Tengo que tratar de guindarme primero, de coger la escalerilla y después subir por ahí para arriba. Yo no me siento en condiciones; trato de coger la escalerilla y no puedo, porque están tirando y el helicóptero se mantiene en el aire y en movimiento; toco tres o cuatro veces la escalerilla y cojo miedo de que me vayan a matar allí subiéndome.
    Digo: “Bueno, antes de que me maten tratando de subir ahí, que me maten aquí”. El otro compañero dice lo mismo y nos llevan al refugio de nuevo”.

    Los jefes cubanos, ignorantes en lo concerniente al empleo de los helicópteros, insistían en que no pusieran las ruedas en tierra. Esa insistencia se debía a la cantidad de documentales (vistos en Cuba) sobre la guerra de Viet Nam y la utilización de los helicópteros por parte de los americanos.
    El problema consiste en que los helicópteros americanos UH-1 (los más utilizados en Viet Nam) son tres veces más pequeños que los MI-8 rusos y no tienen tren de aterrizaje, sino esquís o patines. Por eso, la cabina de carga queda a menos de 50 centímetros del suelo cuanto los patines tocan tierra.

    Los desembarcos helitransportados sin apoyar los patines en tierra, se efectúan a menos de metro de altura.

    Sin embargo, en el caso del MI-8, el piso de la cabina de carga queda a más de un metro de la tierra, con el helicóptero aterrizado. Cuando levanta para despegar y salen los amortiguadores del tren de aterrizaje, la altura desde la puerta de la cabina de carga llega a ser de dos metros. Si a eso le sumamos un metro de altura (vuelo estacionario para no aterrizar), los soldados que se lanzan a tierra, lo hacen desde casi tres metros de altura sobre el terreno. Los que van a subir al helicóptero, en estas condiciones, encuentran que la escalerilla les llega a nivel de los hombros. Es casi imposible, por no decir del todo, embarcar de esta forma.

    En el libro de Blandino, el hoy General Escalante dice: “El papel del Estado Mayor de la Misión Militar es fundamentalmente,
    además de la información a Cuba, la recepción de los datos y de las órdenes que de allá nos dan, asegurar la operación desde el punto de vista material, con combustible, municiones, etcétera, sobre todo para la aviación. Nos pasamos el día entero recopilando bidones, toda una serie de cuestiones, para asegurar las acciones combativas. Yo estoy en contacto directo con el jefe del Estado Mayor de las FAPLA, N’Dalu, y con el mayor Higinio, que funge como jefe de Operaciones. Todos los días tenemos una reunión por la tarde o por la noche, en la que participa a veces también Pedalé, el ministro de Defensa, para definir qué vamos a hacer y qué necesitamos”.

    Pedalé, que es el Ministro de Defensa, participa “a veces”. Tal parece que las tropas FAPLA, que se encuentran combatiendo en Cangamba, no son de su incumbencia.

    Nos dice Blandino: “En los aeropuertos de Menongue y Luena, aunque se trata de crear al menos un mínimo de condiciones para el descanso de los pilotos y el resto de las tripulaciones, ya empiezan a hacerse sentir las agotadoras jornadas”.

    Hay una redundancia. Me imagino, de parte del escritor. Pilotos y el resto de las tripulaciones. Tripulante es todo aquel que, como define la palabra, tripula algo. Es posible que, al referirse a tripulantes, discrimine entre pilotos y personal técnico de vuelo.

    El Teniente Coronel Henry Pérez apunta: “El fabricante dice que el helicóptero no puede volar sin la compuerta de atrás. Esta forma parte de la aerodinámica de la nave, para que el aire pase por allí, se formen los torbellinos y todo lo demás. El avión de carga sí está preparado para eso, pasa rasante, abre la compuerta y va lanzando las cargas. Pero hay que llevar cosas para Cangamba y ya no resulta posible tomar tierra con los helicópteros. Entonces ideamos emplear el huacal de las bombas, amarrarlo con un cable que llegue pegado al copiloto ¡y les quitamos las compuertas! Pasar por arriba de Cangamba, el copiloto zafar el cable y todas las cosas van para abajo. Decirlo así parece bonito, fácil; pero eso le cambia el centro de gravedad al helicóptero que, además, está volando sin la compuerta y también le está tirando el enemigo. Todas esas cosas juntas son las grandezas de los hombres y del arte militar cubano”.

    Henry Pérez es, como se dice en Cuba, un bocón, un paluchero. Siempre lo fue.
    Los helicópteros soviéticos de transporte y combate pueden volar sin las compuertas traseras. Tienen una limitante por velocidad en el caso de transportar las palas (aspas del rotor central) en la cabina de carga. Se debe al corrimiento del centro de gravedad del helicóptero, debido al peso y longitud de las mismas.

    Mientras las cargas se encuentren dentro de la cabina de carga no hay corrimiento del centro de gravedad del helicóptero. Esto solo ocurre con las palas, cuya longitud llega casi hasta el final del boom de cola. Lo del cable fue un invento absurdo que debía haber evitado el Coronel Calvo.

    http://manchiviri.blogspot.com/2011/09/la-batalla-de-cangamba-cuarta-parte.html

    http://manchiviri.blogspot.com/2011/09/la-batalla-de-cangamba-quinta-parte.html

    http://manchiviri.blogspot.com/2011/09/la-batalla-de-cangamba-sexta-parte.html

    http://manchiviri.blogspot.com/2011/09/la-batalla-de-cangamba-septima-parte-y.html

  2. La Batalla de Cangamba (segunda parte)

    Un análisis del trabajo realizado por Jorge Martín Blandino

    Análisis del vistazo

    Desde 1981 hasta el 1988 la SADF ocuparon las provincias de Cunene y Cuando Cubango en Angola y el ejercito angolano no estaba preparado para impedir la invasión de más de 11,000 efectivos, mientras que el mando militar cubano retiraba la jefatura de la Agrupación de Tropas del Sur hasta la ciudad de Huambo, distante a más de 500 Kms., de la frontera con Namibia.

    En todo el sur de la línea imaginaria comprendida desde Lobito hasta Cuito Bie, la UNITA llevó a efecto ataques a objetivos económicos, secuestrando y expatriando trabajadores. El Estado Mayor de la UNITA se trasladó a Jamba, en la frontera con Namibia para que estuviera más integrada a la estructura de mando de la SADF. Fin del análisis al vistazo.

    Cangamba no tenía aeropuerto. Es, tan solo, una pista de aterrizaje construida con propósitos comerciales durante la colonia. Tiene 2 mil metros de longitud.

    Por decisión del Jefe de la Misión Militar de Cuba en Angola, parte de Huambo una columna blindada, dirigida por el jefe del regimiento cubano ubicado en esa ciudad. Su misión es marchar primero hacia el noreste por el itinerario Huambo, Kuito, Camacupa, Munhango, para después hacerlo hacia el sur en la dirección Tempué-Cangamba.

    En línea recta, de ciudad en ciudad, tal y como dice el texto, son 580 kilómetros (sin tener en consideración las vueltas de la carretera). En tales condiciones y teniendo que atravesar el río Cuanza, nunca llegarían antes de cinco días (noches incluidas).

    Dice el hoy General Martínez Puentes: “La aviación se continúa dirigiendo desde Menongue, incluyendo la cohetería que hay allí, la artillería antiaérea y todo lo que tenemos emplazado. Cuando Lussón traslada su puesto de mando hacia Luena, nosotros argumentamos que no podemos hacer lo mismo porque es muy complicado cambiar la ubicación de un puesto de mando de aviación: mover radares, todas esas cuestiones y, sobre todo, con las vías como están, pues tenemos que hacer columnas y desplazarnos por tierra.”

    A Martínez se le olvida (no se si es de propósito) comentar que era necesaria la presencia de la aviación cubana en Menongue, con el fin de repeler cualquier intento de apoyo aéreo surafricano a la UNITA.

    Dice el General de División Leopoldo Cintras Frías: “El jefe (refiriéndose al Fidel Castro), cuando le informan aquello, se preocupa mucho. Realmente la evolución de los acontecimientos en Cangamba nos sorprende, por lo menos a mí me sorprende. Es un pueblecito, una aldeíta, aunque con un aeropuerto, y lo que logra hacer el enemigo allí realmente nos sorprende. Porque nosotros actuamos –y es además la orientación que tenemos únicamente donde hay posibilidades de socorrer a la gente nuestra, en los lugares donde podemos llegar. Es un principio que donde haya un cubano, nosotros lo damos todo, echamos todo por salvarle la vida, por sacarlo de allí si hace falta. Donde no hay posibilidades de que vayan nuestros helicópteros, no tenemos asesoría; no solo por los combates, también la gente se enferma de malaria, de paludismo y otras cosas, y es necesario evacuar a esos compañeros. Es una política de siempre, la de Fidel, que cuando se cae Roque del yate Granma dice “hasta que no lo encontremos no nos vamos”, y allí, a Cangamba, finalmente solo podemos llegar con la aviación y durante muy poco tiempo.”

    Por los comentarios que hace este hombre, uno llega a la conclusión que es un verdadero pelele.

  3. Falta banderas de Angola y Cuba, en esencia! Estamos viendo bandieiras sólo de Inglaterra, Portugal, Sudáfrica y Alemania?

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